domingo, 18 de marzo de 2012

Oasis

Más conocido, leído y recitado en su día que su hermano Antonio, la situación dio un vuelco y ahora a Manuel Machado no se le recuerda apenas si no es por unos pocos poemas clásicos de antologías escolares como el dedicado al Cid o a los cantes andaluces.
Acercarse a la obra poética de Manuel, sobre todo la más temprana, nos lleva a descubrir un muestrario de formas, luces, colores y estampas fascinantes que no merecen caer en el olvido. Si bien no trata de temas especialmente profundos o trascendentes, el esteticismo plástico y colorista de sus poemas convierten su lectura en un agradable y cómodo escape a lejanos, evocadores y cálidos paisajes en un frío, gris y monótono invierno escolar. Todos los poemas de Alma (1900) son un oasis del que he escogido esta bella imagen oriental.

OASIS

Sueña el león.
Junto a las tres palmeras
se amansa el sol. Existe
el agua. Y Dios deja un momento
que los pobres camellos se arrodillen...

Junto a las tres palmeras,
el árabe, tendido, al fin, sonríe
y suspira... Damasco
lejos aún le aguarda. Los confines
del horizonte brillan encendidos.
Un silencio terrible
llena el aire... En la arena
tiembla la sombra elástica de un tigre.

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