Pese a este "dorado" exilio, su poema es de una valentía inédita en alguien exiliado y en la cincuentena. Peregrino exalta la vida nueva, aventurera, errante. Lejos del dolor y la añoranza, el poeta canta al camino, al viaje, la aventura, lo nuevo, la libertad. Por su tema y su forma, tan sencilla, parecería obra de juventud; pero lo escribió, ya dije, un exiliado maduro.
De este poema admiro su valentía y su fuerza, su eterna juventud y la invitación a mirar al futuro con esperanza, sin miedo, a no aferrarse al pasado, a luchar siempre por lo que uno quiere ("no eches de menos un destino más fácil"). Este texto supone una lección y un ejemplo vivo de superación.
PEREGRINO
¿Volver? Vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia
de su tierra, su casa, sus amigos,
del amor que al regreso fiel le espere.
Mas ¿tú? ¿volver? Regresar no piensas,
sino seguir libre adelante,
disponible por siempre, mozo o viejo,
sin hijo que te busque, como a Ulises,
sin Itaca que aguarde y sin Penélope.
Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto.