miércoles, 11 de enero de 2012

Rafael Morales

Todavía tengo presente a D. Rafael Morales (1919-2005) explicándonos  la aliteración de la s en los versos encabalgados de la Égloga I de Garcilaso, en sus clases de la Universidad Complutense de Madrid:
           las fieras que reclinan
           su cuerpo fatigado 
           dejan el sosegado
           sueño por escuchar mi llanto triste…

Mis recuerdos son los de la pasión por la poesía, que nos supo transmitir.
Dejo aquí dos poemas suyos. Uno, sobre la vida de las palabras que, como las personas, pueden morir y quedar en el olvido.
El otro, archiconocido, sobre algo cotidiano, y sucio, como es el cubo de la basura, que en sus manos se convierte en materia poética.
José María Soler


Pretéritos
      Existieron palabras
      que ya nadie pronuncia,
      silábicos latidos,
      floraciones sonoras
      del concepto,
      alas del pensamiento.
      Perdida la materia
      que nombraron,
      perdidos los oficios,
      las costumbres,
      quedaron sin presente,
      fueron oscuramente
      arrojadas del tiempo.
      Yertas en diccionarios
      se poblaron de ausencias,
      quedaron desangradas,
      deshabitadas, solas,
      muertas ya para siempre
      en las desolaciones
      de los viejos pretéritos.

Rafael Morales, Poemas de la luz y la palabra (2003)



Cántico doloroso al cubo de la basura
       Tu curva humilde, forma silenciosa,
       le pone un triste anillo a la basura.
       En ti se hizo redonda la ternura,
       se hizo redonda, suave y dolorosa.
       Cada cosa que encierras, cada cosa
       tuvo esplendor, acaso hasta hermosura.
       Aquí de una naranja se aventura
       su delicada cinta leve y rosa.
       Aquí de una manzana verde y fría
       un resto llora zumo delicado
       entre un polvo que nubla su agonía.
       ¡Oh!, viejo cubo sucio y resignado,
       desde tu corazón la pena envía
       el llanto de lo humilde y lo olvidado


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